Es actualmente uno de los libros más vendidos en España y tras el éxito alcanzado con “El tiempo entre costuras, su autora busca demostrar sus altas dotes como escritora. Acá os dejo una reseña del libro para que os antojéis a leerlo, de seguro que os gustará.
En cuanto al argumento, la protagonista es Blanca Perea, una profesora de universidad de 45 años con 20 años de experiencia en la especialidad de lingüística que se encuentra ante un momento crítico de su vida. Su marido la ha dejado, sus hijos vuelan ya por su cuenta y ella, a pesar de su carácter luchador, se siente incapaz de continuar con sus rutinas y responsabilidades cotidianas. Necesita marcharse, poner tierra de por medio y encontrar un sitio donde no conozca a nadie y en el que nadie la conozca a ella. Entre varias opciones que se le presentan, acepta un proyecto en una pequeña universidad situada cerca de San Francisco sin saber exactamente cuáles serán sus cometidos.
Aunque intuye que su trabajo no va a ser ni estimulante ni enriquecedor, emprende el viaje con el único consuelo de poder escapar de su realidad y con la esperanza de que eso solo ya pudiese ser una tabla de salvación. Pero el proyecto que se le encarga le resultará decepcionante y temerá haberse equivocado en la elección. Tiene que clasificar el legado del español Andrés Fontana, un antiguo miembro del claustro fallecido décadas atrás.
Blanca se sentirá agobiada al verse rodeada de cajas, carpetas y archivadores amontonados, pero cuando cambia su perspectiva y se centra en el lado humano del legado, se sumergirá de forma obsesiva en una misión para recuperar la memoria enterrada de un hombre olvidado. Esta será la trama principal en la que iremos acompañando a Blanca en su investigación y en su relación con el resto de miembros de un campus que se encuentra agitado por un movimiento cívico contrario a la destrucción de un paraje legendario a fin de construir en él un enorme centro comercial.
